En el anterior post de la serie hablábamos que no es comparable la cuarta
dimensión (la del Tiempo), con las otras tres, que corresponden al Espacio. La
razón básica y fundamental es que el tiempo es un vector unidireccional, es
decir, solamente avanza hacia adelante, y no lo puede hacer hacia atrás.
Aún a riesgo de ganar el
odio de los cultores de la Ciencia Ficción, debo afirmar que hace tiempo está
comprobada esta concepción. Su explicación se basa en el Segundo Principio de
la Termodinámica.
Vayamos por partes, dijo
Tupac
La Termodinámica es la
disciplina de la Física que estudia los intercambios energéticos entre los
objetos que pueblan el Universo, tanto sea de movimiento, de gravedad o
radiaciones.
Principalmente le importa
el intercambio calórico, pues es una de las manifestaciones físicas más comunes
entre dos objetos, en contacto o no.
Tiene o tenía, dos leyes
fundamentales. El Primer Principio se dedicaba a demostrar que el intercambio
de energía entre los objetos no provoca pérdida de la misma, sino sólo
transformación (Ley de conservación de la energía). Su validez actualmente es
controversial, salvo para los teóricos que consideran a la materia como otra
manifestación energética, sobre todo a partir de la Teoría del Big Bang.
En cambio, el Segundo
Principio no da lugar a ninguna crisis paradigmática. Afirma que toda
transformación energética no tiene un rendimiento del 100%, o
sea, que no existe un proceso que transforme una energía en otra, sin una
pérdida (generalmente manifestada como calor), lo que no permite de ninguna
manera que el proceso sea reversible.
Por tanto, el tiempo no
puede ir hacia atrás.
¿Por qué? Pues porque como
decíamos antes, el tiempo no se aprecia por sí mismo, sino que notamos su paso
por sus efectos. Procesos tales como la oxidación, descarga magnética,
tendencia al reposo de un movimiento, envejecimiento o fatiga de materiales,
erosión, y aún la misma muerte orgánica, no son reversibles, no pueden volver
intactas a un momento anterior.
La entropía
Entonces la transformación
de una energía en otra sucede en el transcurso del tiempo, y es su
manifestación. Como es irreversible, lo es también su transcurrir.
Esa transformación consiste
en el paso de una cualidad física o química de un objeto a su entorno, ocupado
por otro objeto o no. Pero con la resta de una pequeña pérdida, una entidad
llamada entropía, que se irradia al Universo.
La entropía del Universo
tiende a infinito, mientras el intercambio energético tiende a cero. Cuando se
acaben los intercambios de energía, porque todos los objetos tendrán la misma
temperatura, magnetismo y movimiento relativo, la entropía será la máxima, y
todo dejará de moverse, incluso los electrones, con lo que todo lo que existe
se disolverá.
Al no haber intercambio, el
Tiempo mismo desaparecerá, pues no transcurrirá.
Triste final, si los hay.
Salutem, cives mundi.
Orlando Ampuero
Orlando Ampuero
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